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“La cuestión de Kosova”
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Noviembre de 1999 |
En los últimos meses nuestros medios de comunicación le han dispensado mucha atención a la tesitura internacional marcada por el conflicto de Kosova. Se ha hablado, así, de la OTAN y de su prepotencia, de las disensiones entre las potencias capitalistas o del papel asumido por países como Rusia o China. Pero, no sin paradoja, apenas se ha hablado de Kosova y de sus ingentes problemas.
Al amparo de ese silencio han proliferado las simplificaciones. Muchos de nuestros conciudadanos siguen creyendo, por ejemplo, que la esencia del conflicto Kosovar se resume aseverando que un movimiento separatista tomó las armas caprichosamente y que, de resultas, el gobierno serbio respondió con lo que acaso era un uso excesivo de la fuerza. Hora es de poner las cosa en su sitio, y de recordar cuál es la historia reciente de un país en el que la abrumadora mayoría de sus habitantes ha padecido desde 1989 los efectos de un régimen de apartheid criminalmente urdido por las autoridades serbias. Y hora es de recordárselo, en particular, a quienes a estas alturas siguen legitimando, de forma manifiesta o vergonzante, las políticas del régimen de Milosevic.
La consideración anterior en modo alguno puede convertirse en una legitimación de la OTAN y de sus bombardeos. Éstos han sido, en particular, un regalo envenenado para esa otra Serbia que, en condiciones muy precarias, mantiene vivo el discurso de un pacifismo radical y se apresta, por qué no, a reconocer el derecho de autodeterminación a un país atribulado.
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