Después de la colaboración iniciada en el año 1998 con el SEOP, la Fundación dio apoyo a un centro dirigido a jóvenes y adolescentes en situación de riesgo y vinculado en cierta forma a la creche-abrigo Lar de Vasti.
Alrededor de la creche-abrigo Lar de Vasti deambulan jóvenes y adolescentes, que se acercan buscando un lugar donde refugiarse, buscando calor y alimento. Se calcula que la creche proporciona una comida al día, aunque no de una manera organizada, a un grupo de unos quince o veinte. Estos chicos también ayudan en los trabajos del huerto con un monitor que es técnico agrícola y que además es educador popular con una gran experiencia en jóvenes en situación de riesgo. Es a partir de esta realidad que surge la idea de acoger y de dar atención a estos chicos y chicas, buscando la manera de que sientan acogidos y sean capaces de integrarse en un grupo.
El proyecto consistió en la construcción de una edificación de 112 m², con una amplia sala polivalente, baños femenino y masculino, cocina, trastero y una terraza frontal cubierta. Está situado al lado de la creche-abrigo Lar de Vasti, comparten el mismo terreno así como los frutos del huerto. El objetivo es por encima de todo proporcionar a los adolescentes, a través del trabajo, la posibilidad de reconducir su vida.
El Centro está dirigido a adolescentes y jóvenes de familias desestructuradas o solos. La mayoría no van a la escuela, no trabajan, y deambulan por las calles. Es habitual que estén en contacto con el mundo de la droga y la delincuencia.
En una primera etapa, el monitor orientó el trabajo de formación a través de las diferentes ocupaciones, principalmente del cuidado del huerto, que provee a la creche y al Centro. El centro funcionaba con diferentes horarios según la edad y las necesidades de cada grupo.
Al principio no se pudo conseguir un alejamiento total del mundo de la droga por parte de los adolescentes, ya que les proporcionaba el dinero que no podían conseguir por otros medios. Además, no es fácil poder liberarse de las mafias de la droga, las cuales controlan cualquier movimiento. Esta situación creó una gran contradicción respecto al funcionamiento del Centro, lo que obligó a replantearse la manera de trabajar.
El nuevo planteamiento fue crear un taller donde los adolescentes aprendieran a realizar trabajos de artesanía con diferentes materiales, que pudieran ser puestos a la venta con el fin de obtener ingresos, que les tendrían que permitir alejarse de la droga y de la delincuencia.
Por otro lado, al Centro se le saca el máximo rendimiento. Por las noches duermen treinta niños mayores que los de la creche Lar de Vasti y que están solos. Por la tarde se hace servir para dar apoyo escolar a treinta niños y niñas que van a la escuela y que necesitan un refuerzo. Los niños y adolescentes se entrenan semanalmente con un monitor de fútbol. En Brasil todos los niños y jóvenes juegan a fútbol, pero para poder participar en los campeonatos que se organizan entre las escuelas de los diferentes municipios es condición indispensable estar escolarizado. Por este motivo los adolescentes del centro que no están escolarizados no pueden participar en los campeonatos. El centro también se utiliza para impartir clases de alfabetización de adultos. Los fines de semana se organizan actos lúdicos como fiestas populares u otros acontecimientos culturales con la participación de todo el mundo. Se ha creado un grupo de música en el que participan niños y chicos y chicas que hacen conciertos en la veranda del Centro, también se explican historias infantiles, se hacen representaciones teatrales y recitales de canto y danza, así como debates y proyecciones de videos educativos (sobre SIDA, sexo, drogas y otros temas).
Hay mucha relación entre la creche Lar de Vasti y el Centro de Apoyo a la Adolescencia por su proximidad y porque ambos dependen del SEOP. Las madres tienen reuniones regulares donde se desarrolla la conciencia de los derechos y deberes del hombre y del ciudadano. |
